Nacido en las tabernas de Estados Unidos, el cóctel se
convirtió con el tiempo en una bebida refinada que hoy da su nombre a reuniones
sociales elegantes, hace la fama de los barmen más prestigiosos y ofrece a
muchos un momento de placer casi ritual al final de cada día.
No se conoce con certeza el origen de la palabra cóctel (del
inglés cocktail), pero circulan hipótesis propuestas por autores de prestigio,
como el escritor, periodista y librepensador estadounidense H.L. Mencken, quien
lo atribuyó a antiguas costumbres coloniales norteamericanas.
Según él, los taberneros de los siglos XVII y XVIII
guardaban sus bebidas destiladas en barriles que, a medida que menguaba su
contenido, el remanente iba perdiendo gusto y sabor, de modo que los taberneros
solían juntar los restos (tailings, en inglés) en un único barril, dando lugar
a una mezcla que se vendía barato.Los clientes que llegaban con poco dinero
pedían, según H.L. Mencken, los cock tailings, o sea, los restos del fondo del
barril.
Otra historia de origen incierto y narrada por el escritor y
académico chileno Roberto Vilches Acuña, dice que un posadero de un pueblo
norteamericano solía juntar en una jarra los restos de bebidas que sus clientes
dejaban.
Una vez, uno de los parroquianos sufrió un desmayo y el
posadero intentó reanimarlo haciéndole beber el contenido de la jarra de los
restos.
El hombre se reanimó y siguió bebiendo. Alguien recordó que
los gallos, cuando caen en una riña, levantan la cola antes de levantarse y
seguir peleando, por lo que el brebaje de la jarra de restos fue llamado
cocktail, del inglés cock (gallo, otro significado de la palabra) y tail (cola,
además de resto). En Sao Paulo (Brasil), los bares más populares venden una
mezcla de aguardiente de caña y que lleva el nombre rabo
de gallo.